La jornada electoral del 1 de julio reunió a miles de observadores electorales en distintos
puntos del país para verificar el cabal cumplimiento de la ley en los comicios, entre los que
se encontraban 50 integrantes del movimiento #YoSoy132.
Los incidentes en casillas fueron mínimos, menos de 60, entre los más frecuentes la tardía
instalación de las casillas, pero poco o nada en el asunto de la coacción de votos o la compra de
estos. Fue una jornada que convocó a 49 millones de ciudadanos a emitir su voto y que contó con
la participación de otros más en la observación y el monitoreo de las elecciones.
Fundación Movimiento por la Certidumbre fue una de las organizaciones civiles que monitorearon
y vigilaron el transcurrir de la jornada electoral del 1 de julio en un marco de legitimidad la
transparencia en las votaciones, a través de su metodología probada desde hace 18 años, con el
fin de fortalecer a la democracia.
Según información del IFE, fueron casi 50 los ciudadanos que se registraron como observadores
electorales por parte de #YoSoy132, quienes se concentraron en mayor parte en el Distrito
Federal. El bajo número de observadores de la agrupación estudiantil se debió a que no todos los
solicitantes cumplieron con los requisitos, entre ellos, asistir a los cursos de capacitación. Hay que
recordar que a petición de #YoSoy132, el IFE amplió el plazo de registro de observadores una
semana más, lapso en el que solamente seis integrantes más alcanzaron su acreditación.
Algunos de los integrantes del 132 se presentaron en casillas sin acreditación de observadores,
tomando fotografías desde el interior de las casillas, e increpando la presencia de observadores
registrados, sin que los funcionarios de casilla les invitaran a salir en apego a la legalidad del
proceso.
El ejercicio estudiantil merece ser tomado en cuenta como una modalidad de la participación
ciudadana de la juventud; sin embargo, al no tener claridad en su metodología de observación
electoral, y dado el mínimo número de observadores acreditados, el colectivo se vio en la
necesidad de informar de posibles anomalías por medio de Twitter, promoviendo la denuncia
ciudadana en caso de que se diera la compra de votos, la coacción o alguna anomalía en casillas.
De tal forma, mantuvieron actividades respondiendo estas quejas ciudadanas que les fueran
reportadas por medio de las redes sociales, aunque afirmaron que la tecnología les falló, por lo
que no pudieron concretar el ejercicio de manera confiable.
La figura del observador electoral es una figura ciudadana que ayuda a que los procesos
democráticos se desenvuelvan en el marco de la legalidad y la tolerancia, apoyando a las
autoridades y a la sociedad civil con información verídica sustentada en el trabajo en campo. No
hay que usar la observación electoral como instrumento de proselitismo partidista, ni mucho
menos pretender la posesión de la verdad absoluta con un número tan reducido de observadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario